Viro de Este a Oeste mi mirada, temblando corazón, de Amor, en el abrazo del Sur.
Nunca dejaré de Ser la misma... y no es melancolía, ni pena, ni rabia, no es la que fuí y sigo siendo. No es siquiera la Fantasía inventada de un cuento de Hadas, en dónde un Guerrero de Sangre Roja me haga Madre entre las Madres de los Hijos de esta Tierra.
Es más bien un punto de conciencia que a veces me atraviesa en el pecho, de color intenso naranja que se va bailando en rosa radiante.
Aguardando el beso del Sol con mi Horizonte Mediterráneo de primavera, mientras espero en mis silencios. Presente y celebrando rayitos de Luna, con una lágrima tan dulce como salada por debajo de mi ombligo que va llorando “déjame que me mires”.
Mientras, se va viniendo mi Sangre en un torrente,... la veo corriendo en las venas de mis manos.
Aprenderlo así, como es.
Con todo.
Aprendo a abrazarlo en su Ser nuestro, y me dibujo en Diosa al tocarnos.
Lo que me enseña en mi, yo aprendo en contigo.
Deshacerme en palabras y letras sigue siendo una constante en mis huecos internos. Mi escucha.
Embellecerlas, mi grito dulce de caña.
Ahora, en ésta que me ocupa entre hemisferios... estoy aquí, tratando de poseer mi cuerpo, tratando de explotar la culpa y el perdón hacia un ideal de mi Mujer que no soy yo y al mismo tiempo, tratando de agitar la que sí Soy en el Valor de Ser yo misma, la que Soy.
La que nunca será perfecta, ni quiero. La que puede romper la sumisión de aceptarlo sin poner remedio ni resistencia al cambio. La que puede llorar y reír, o reír y llorar al mismo tiempo.
La que sé que asusta de Vida en un sólo contratiempo y la que se desbraga para sentir el viento.
La que soy.
La que lame la tierra en la humedad del sendero, la que advierte firme y tajante la responsabilidad de mi espacio; existe el sí y existe el no. La que siente y respira, la que se cuida.
Soy.
La que grita al mar la entraña de sus fuegos, la que revienta en escarcha y la que descubre paraísos en miradas.
Yo, la Mujer Loba Alfa sin manada, la Sirena mitad Mujer mitad Ballena. La Mujer alada de casa. Yo, la Rata y el Lagarto, la Higuera. Anubis, Arco y Hacha. Un Ciervo a la sombra del Sauce.
Un encuentro de realidades.
Celebrando con Artemisa, Rosa y Canela,... y un chorrito de miel de Abejas.
Todas las Bendiciones Tejiéndose.
